La harina de garbanzo es una harina hecha a partir de garbanzos molidos. Los orígenes del uso de la harina de garbanzo se remontan a miles de años en el subcontinente indio y el Mediterráneo. En estas regiones, el garbanzo ha sido una fuente fundamental de nutrición y sabor, y su harina se ha utilizado en una variedad de platos tradicionales.
La producción de harina de garbanzo se lleva a cabo en países con una rica historia en el cultivo de este versátil alimento. India, Pakistán, Turquía, y varios países del Mediterráneo como Grecia y Egipto, son conocidos por su producción de garbanzos y su derivados. Pero india es el primer productor a nivel mundial.
Se utiliza comúnmente como un sustituto de la harina de trigo en recetas sin gluten, ya que agrega sabor y nutrición a los platos. También se emplea como espesante en sopas y salsas, y es un ingrediente clave en la preparación de falafel.
La harina de garbanzo se utiliza para hacer crepes o panqueques sin gluten, conocidos como socca en el sur de Francia y farinata en Italia.
Tambien se utiliza en la preparación de dulces y postres, como en la elaboración de la popular golosina india conocida como besan ladoo. También se puede mezclar con hierbas y especias para crear recubrimientos crujientes para vegetales fritos o incluso para preparar bocadillos horneados como crackers de garbanzo.
En la cocina vegana y vegetariana, se utiliza para crear tortillas, hamburguesas y albóndigas, por su textura y sabor únicos. Las personas que siguen dietas sin gluten recurren a la harina de garbanzo para hornear panes, galletas y pasteles, además de espesar sopas y salsas.
Tiene una larga historia de uso en la cocina de varias culturas alrededor del mundo. Desde platos tradicionales hasta modernas creaciones sin gluten, la harina de garbanzo desempeña un papel importante en la diversa gama de cocinas globales.
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